El piloto y el copiloto del Talbolt Sunbeam Lotus fueron los más rápidos en una edición del Rallye Rías Altas Histórico que ha sido la más ajustada de todas las que se han celebrado desde 2015, año en el cual los rallyes volvían a la ciudad de A Coruña
El Campeonato de España de Rallyes para vehículos históricos volvía a visitar Galicia un año más, en concreto la ciudad de A Coruña, para una nueva edición, la séptima ya, del Rallye Rías Altas Histórico, que reunía a un total de 77 participantes entre Velocidad y Regularidad, los cuales tenían que afrontar una carrera que no presentaba ninguna modificación, en cuanto a planteamiento y recorrido, respecto a lo visto el año anterior. De nuevo, dos eran los días de competición y los 106,42 kilómetros cronometrados que sumaban los tramos de Doroña, Monfero, Irixoa y Aranga eran completamente un calco del recorrido de la última edición.
La lucha contra el cronómetro comenzaba a primera hora tarde del viernes 8 de octubre y desde un primer momento dos fueron los pilotos que destacaron sobre los demás. Por un lado, Pablo Pazó, acompañado de Ezequiel Salgueiro en el asiento de la derecha del Talbot Sunbeam Lotus y por otro, Jesús Ferreiro, con Javier Anido en las labores de copilotaje del Ford Escort RS 2000 MKII. Nadie podía seguirles el ritmo y después de los dos primeros tramos ambos estaban separados por apenas cinco segundos pero el tercer clasificado, Antonio Sainz, cedía ya más de medio minuto.
A partir de ahí, Pazó y Ferreiro no fallaron en ningún momento e impidieron a los demás participantes del Nacional de Históricos sumar algún scratch en la clasificación combinada de Pre-81 + Pre-90. Cuatro tramos los ganó el pontevedrés y los otros cuatro acabaron en manos del melidense. Finalmente, el intenso toma y daca se decantó en favor de Pablo Pazó y Ezequiel Sagueiro, que se llevaron la victoria por poco más de cinco segundos, lo que convierte a la séptima edición del Rallye Rías Altas como la más ajustada.
Pese a todo, no todo son malas noticias para Jesús Ferreiro. No ha podido descorchar por cuarta vez el champán en la ciudad de A Coruña pero la segunda posición le sirve para sumar un buen puñado de puntos en la clasificación de Pre-81, categoría que continúa liderando cuando faltan tres pruebas para finalizar la temporada.
Antonio Sainz, acompañado en esta ocasión por David de la Puente, finalizó en tercera posición, primera a efectos de Pre-90. Se marcha así de Galicia siendo más líder de una categoría que tiene muchas opciones de ganar a final de año, teniendo en cuenta que Miguel Otegui, uno sus principales contrincantes, tenía que abandonar en esta prueba, la cual tampoco estaba libre de problemas para el piloto del Subaru Legacy 4×4 Turbo. Sufría problemas de motor desde los primeros compases y también erraba con la monta de neumáticos en el inicio de la segunda etapa.
Cuarto de la clasificación combinada de Pre-81 y Pre-90 fue Javier Bouza, que tenía muchas esperanzas puestas en el rallye de casa pero una fuga de agua en el tapón del radiador del Ford Escort RS 2000 MKII que todavía está descubriendo le hacía perder mucho tiempo y Javier R. Grille, estrenando un Ford Sierra Cosworth propiedad de Antonio Sainz que él mismo montó, cerró el grupo de los cinco mejores clasificados.
Completaron el top 10 pilotos como Juan R. Costoya, sexto con problemas de embrague en el Ford Sierra Cosworth 4×4, Enrique Vázquez, séptimo con un Opel Kadett, Antonio Amor, octavo con un Seat 1430 especial 1800, Manel L. Castrillón, noveno después de mucho tiempo sin pilotar el Ford Sierra Cosworth y Jose M. “Xure” Barros, décimo con un, ahora sí, fiable Citroën Visa GTI.
En Youngtimers sí hubo mucha emoción tramo a tramo pero no en la lucha por la victoria de la categoría ya que muy pronto Joan Vinyes quedaba en una cómoda primera posición con el Seat Ibiza Kit Car, toda vez que David García “Campolongo”, segundo finalmente, sufría una penalización de varios minutos y Manuel Senra tenía que decir adiós por problemas en el motor del mítico Peugeot 306 Kit Car. Así las cosas, el tercer cajón del podio lo ocupó el piloto local Santiago Permuy a los mandos de un BMW 325i con el que hizo disfrutar y mucho, a la afición.
La Categoría 5, que era la menos nutrida, la ganó el jovencísimo Darío Calviño (Ford Escort RS 2000 MKI) aunque de no ser por los problemas mecánicos, Manuel Souto hubiera arrasado al volante de un Peugeot 205 GTI.
Un año más, después de los participantes de Velocidad pasaban por los tramos los pilotos de Regularidad. En Regularidad Sport el vencedor fue Asier Santamaría con un Ford Sierra Cosworth rotulado con los colores de la época y en Regularidad 60 km/h hizo lo propio Darío J. García a los mandos de un BMW 318-320.